lunes, 29 de mayo de 2023

LA CRISIS DEL SIGLO XIV: PESTES, GUERRAS Y HAMBRUNAS


 

EL FORTALECIMIENTO DE LAS MONARQUÍAS Y LA FORMACIÓN DE LOS ESTADOS MODERNOS


 

MAYAS


LOS MAYAS



 


         Las investigaciones realizadas por los arqueólogos muestran evidencias de la existencia del pueblo maya desde, por lo menos, el año 1500 a. C, momento en que comenzó  una etapa conocida como "período preclásico". Sabemos que se asentaron en la península de Yucatán (México), en diferentes regiones de los actuales países de Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras. 

                Los mayas vivían en ciudades que no eran gobernadas por un único soberano, sino que cada una tenía sus leyes y autoridades, es decir que eran ciudades-Estado independientes, aunque tenían la misma lengua, religión y costumbres. Solo en caso de conflicto o amenaza externa se aliaban bajo la dirección de un único jefe. 

               Entre los siglos II y IX de nuestra era vivieron una etapa de gran esplendor, llamada "período clásico", del que son evidencia los restos de las grandes construcciones que perduran hasta nuestros días. 

            Hacia el año 900 comenzó el "periodo posclásico". La sociedad maya atravesó una profunda crisis que provocó que varias de sus ciudades fueran abandonadas. No se sabe con exactitud qué fue lo que ocasionó esa crisis, pero los historiadores sostienen que fue la combinación de varios factores: cambios climáticos que ocasionaron la pérdida de tierras cultivables, la sobreexplotación de los suelos y la deforestación. Se cree que a esto se sumaron pestes y conflictos sociales que derivaron en guerras por los escasos recursos disponibles. La sociedad maya, entonces, quedó desarticulada. 

        Hacia el siglo XII bajo la influencia de la ciudad de Chichén Itzá (en la península de Yucatán), se formó la Liga de Mayapán, que reordenó a la sociedad maya. Sin embargo, esta confederación(unión) de pueblos autónomos se disolvió rápidamente. Los conflictos internos se extendieron hasta el siglo xv, cuando la conquista europea impactó fuerte y violentamente sobre ellos. De todos modos, el pueblo maya no desapareció. Por el contrario, el porcentaje de población maya es muy alto en los países donde se levantaron sus ciudades-Estado, y aún se conservan la lengua y algunas de sus costumbres y creencias.


Una sociedad muy jerarquizada 

La sociedad maya estaba muy jerarquizada, es decir que cada persona ocupaba un lugar en la sociedad de acuerdo con la familia en la que había nacido. Existían al menos tres grupos sociales: 
  •   En lo más alto de la sociedad maya estaban los nobles, que eran los gobernantes (también llamdos Ajaw), los sacerdotes y los guerreros de mayor rango. Durante el período posclásico, la máxima autoridad de la confederación de ciudadesera el Halach Uinic, quien heredaba su cargo por la línea masculina y gobernaba hasta su muerte en nombre de uno de sus dioses. Los demás nobles también heredaban los cargos y la posición que ocupaban en la sociedad. Asimismo, a este grupo pertenecían los sacerdotes, los militares y los comesciantes. 
  • El pueblo común estaba formado por campesinos y artesanos. Todos tenían que entregar parte de su producción a la nobleza. 
  •  Los esclavos eran prisioneros de guerra, deudores o personas capturadas de otros pueblos que eran vendidas. No tenían ningún tipo de derecho y muchos tenían como destino ser sacrificados en los rituales.

Practicas culturales y creencias 

Todas las actividades mayas estaban organizadas en función de sus creencias religiosas. Eran una teocracia, ya que el Halach Uinic gobernaba en nombre de los dioses. Los mayas, además, eran politeístas, invocaban a cada divinidad de acuerdo con las necesidades o las actividades que iban a realizar. 

Algunas de las principales divinidades eran Itzambrá, dios de la sabiduría; Kukulcán, dios del bien y del viento, y Chaac, dios de la lluvia. El sumo sacerdote era el encargado de dirigir todas las ceremonias religiosas importantes, en especial, las que incluían sacrificios humanos. 

Fueron, también, experimentados arquitectos. Hoy podemos ver los restos de grandes construcciones mayas: pirámides truncas (es decir, sin punta), que aparentemente sirvieron como espacios para el desarrollo de rituales, templos, palacios y observatorios astronómicos. Algunos edificios se encuentran en Chichén Itzá, Palenque, Tikal y Uxmal. 

Los mayas desarrollaron un sistema de escritura de glifos, basado en símbolos, que aún no ha sido descifrado en su totalidad. Estas inscripciones se hacían sobre distintas superficies: dinteles y escalinatas de piedra, papel confeccionado con corteza de árbol, y pieles de animales. Los pocos que sabían escribir estaban al servicio del Estado. ¿Para qué? Anotaban lo que entregaba cada pueblo como tributo, las leyes y los acontecimientos más importantes. 

¿Escuchaste alguna vez hablar del calendario maya? Era un calendario solar que constaba de 360 días más 5 que se añadían como días complementarios. Esta exactitud se logró gracias a observatorios astronómicos que construyeron para estudiar los movimientos de los diferentes astros y poder determinar los ciclos del Sol y de la Luna. Esto no habría sido posible si no hubieran tenido conocimiento de matemática: habían desarrollado un sistema numérico vigesimal (hasta el 20) y además conocían el número 0.

Las actividades económicas

Roza y quema 

     Para ganar tierras para el cultivo en las áreas selváticas y boscosas donde vivían, los mayas utilizaron el sistema de roza y quema. Esta técnica consistía en talar los árboles, quemar la maleza y utilizar las cenizas como fertilizante. Cuando después de algunas cosechas la tierra se agotaba, se abandonaba y se procedía a ta quema y roza de otro espacio. Su principal cultivo era el maíz, pero también sembraban ajíes, calabaza, batata, mandioca, cacao y tabaco, entre otros productos. 

     Á su vez, aquellos alimentos que no obtenían en sus tierras, los conseguían a través del intercambio con otros pueblos, recorriendo en sus canoas las costas centroamericanas o viajando por tierra. 

     La magnitud de las construcciones mayas demuestra que contaban con excedentes agrícola que permitían que una parte de la población no realizara tareas agricolas y pudiera dedicarse a otras actividades. El sistema de roza y quema fue, y es, utilizado por otros pueblos rodeados de selva o bosques, como los tupí guaraníes.



Arquitectura maya en Chichen Itza. 
Templo de Kukulcán.

Arquitectura maya en Chichen Itza. 
Templo de Chaac.

Cancha de pelota. En las ciudades mayas existían grandes espacios cerrados por dos muros de adobe enfrentados entre sí donde se desarrollaba lo que hoy se conoce como juego de pelota. De acuerdo con los arqueólogos e historiadores, se trataba de un ritual muy importante que podía terminar con un el sacrificio de algunos de los participantes.
Antes de comenzar, los jugadores se encomendaban a los dioses. La actividad consistía en hacer pasar unas pelotas por un anillo de piedra colocado en la parte superior de uno de los muros. 

Arquitectura maya en Chichen Itza. 
Pórtico del Templo de los Guerreros


EL IMPERIO AZTECA








INTRODUCCIÓN

Los aztecas, o mexicas, fueron uno de los pueblos más poderosos y famosos que vivieron en Mesoamérica antes de la llegada de los españoles. Su historia comienza cuando, buscando un lugar especial para vivir, llegaron a una isla en el lago Texcoco y fundaron la ciudad de Tenochtitlán en 1325.

Desde esa isla en el agua, los aztecas construyeron un gran imperio que, en menos de dos siglos, se extendió por gran parte del territorio que hoy es México y parte de Guatemala. Para lograrlo, unieron fuerzas con dos ciudades cercanas y formaron la llamada Liga de las Tres Ciudades.

Su poder creció gracias a su organización, sus guerreros y su capacidad para gobernar a muchos pueblos diferentes. Además, lograron que su idioma, el náhuatl, fuera hablado por millones de personas en toda la región.

El imperio azteca fue uno de los más grandes de América, con más de 22 millones de habitantes y un territorio enorme, hasta que en 1521 llegaron los españoles y cambiaron para siempre la historia.




TENOCHTITLÁN: CENTRO DEL PODER AZTECA


Tenochtitlán, la capital de los aztecas, fue construida en el centro del Lago Texcoco, en el valle de México. Desde allí iniciaron su expansión imperial. Enriquecida con los impuestos que pagaban los pueblos dominados y aprovechando estratégicamente los recursos de su entorno natural, la ciudad se convirtió en una de las mayores del mundo de su época.

La ciudad estaba rodeada por agua, por lo que sus habitantes desarrollaron un sistema de canales que funcionaban como calles, facilitando el transporte en canoas y conectando distintos barrios.

En el corazón de la ciudad se encontraba un gran centro ceremonial con templos y palacios impresionantes, donde se realizaban rituales religiosos y se tomaban decisiones políticas importantes. El mercado principal era uno de los más grandes y activos, con productos que llegaban desde distintas regiones del imperio, mostrando la riqueza y diversidad cultural de sus habitantes.

Tenochtitlán destacaba también por su organización y planificación urbana, combinando la naturaleza y la ingeniería humana para crear un espacio funcional y majestuoso. La ciudad era un símbolo del poder y la grandeza azteca, reflejando su capacidad para dominar un amplio territorio y mantener un sistema complejo de gobierno y comercio.

Además, los aztecas demostraron un profundo respeto por el entorno natural. Construyeron diques y canales para controlar el agua del lago y evitar inundaciones, y usaban sistemas de riego que permitían distribuir el agua de manera eficiente. También aprovechaban los recursos del lago sin agotarlos, mostrando una relación equilibrada entre la ciudad y la naturaleza que puede considerarse una forma temprana de ecología urbana.
















´Enlaces para más información sobre Tenochtitclán:


https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/Tenochtitlan-a-498-anos-de-la-caida-de-la-gran-ciudad-que-parecia-de-plata-20190813-0057.html  


https://arqueologiamexicana.mx/mexico-antiguo/tenochtitlan





LA ECONOMÍA AZTECA

Durante su apogeo, la economía del imperio mexica (o azteca) fue muy próspera. Los aztecas lograron producir muchos alimentos gracias a técnicas agrícolas avanzadas, que les permitieron aprovechar mejor sus suelos fértiles. En los lagos y zonas pantanosas construyeron chinampas, que eran balsas cubiertas de tierra con las que formaban islas artificiales. En ellas, gracias a la humedad del agua, cultivaban maíz, calabaza, cacao, poroto, tomate, entre otros productos.

La alimentación también incluía la caza de animales como conejos, venados y pecaríes (una especie de cerdo salvaje), y el consumo de animales domesticados, como el pavo. Además, pescaban y recolectaban alimentos del agua, como peces, camarones, larvas y gusanos blancos.

El método de cultivo en chinampas fue tan eficaz que aún hoy se utiliza en algunas zonas de México.

La economía azteca también se fortaleció gracias al tamaño de su imperio. Las conquistas les dieron acceso a esclavos, mano de obra barata y tributos (impuestos que debían pagar los pueblos dominados). Además, al controlar tantos territorios, pudieron manejar las rutas comerciales y formar una gran red de intercambio entre los distintos pueblos que estaban bajo su dominio.







Su método de chinampas para el cultivo aún hoy se utiliza.



LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO AZTECA

El soberano azteca o tlatoani era la máxima autoridad política, militar y religiosa. Era elegido por un consejo de nobles y gobernaba hasta su muerte, excepto que el Consejo Supremo lo destituyera por considerar que no estaba cumpliendo sus funciones como correspondía.

El tlatoani contaba con funcionarios, elegidos por él, que lo ayudaban a controlar las ciudades del imperio y cobrar el tributo a los pueblos dominados.

El ejército azteca era muy poderoso y estaba formado por profesionales, lo que demuestra la importancia que tenía la guerra para este pueblo. ¿Por qué? Necesitaba tropas preparadas y disciplinadas para llevar a cabo su plan de incorporar territorios y someter a sus habitantes, a quienes imponían tributos. Además, las creencias religiosas los llevaban a organizar guerras con el objetivo de obtener prisioneros para los sacrificios que ofrecían a sus dioses.

UNA SOCIEDAD JERARQUIZADA

Los aztecas conformaban una sociedad muy jerarquizada. Cada persona tenía privilegios y obligaciones acordes con el lugar que ocupaba en la sociedad, lo que provocaba fuertes diferencias entre todos los miembros.


La base de la organización social era el calpulli, grupo de personas que tenían un antepasado en común. Cada calpulli controlaba y trabajaba en forma comunal sus propios campos de cultivo. Los jefes eran los encargados de distribuir y recolectar una parte de la producción para pagar el tributo al Estado central.


La nobleza (pipiltin) estaba formada por el gobernante o tlatoani, su familia y el resto de la clase dirigente, es decir, los jefes militares, los sacerdotes y los jefes de los calpullí. Entre ellos formaban un consejo que elegía al tlatoani. Los pochtecas eran comerciantes encargados de recorrer largas distancias, incluso fuera del imperio, en busca de productos que no había en la región. Tenían muchísimos privilegios y un rol importante, ya que no solo comerciaban en su nombre y para el imperio, sino que muchas veces eran embajadores del tlatoani o le servían de espía.


La mayoría de la población estaba formada por campesinos y artesanos, llamados macehuales. Pagaban tributo tanto en especias (por ejemplo, cultivos) como en trabajo para el Estado y el calpulli.


Los mayeques también eran campesinos, pero no tenían acceso a las tierras comunales. Trabajaban para los nobles o los comerciantes. En lo más bajo de la pirámide social estaban los tlacotín, que eran esclavos.


Podían tener bienes y comprar su libertad. En general, eran prisioneros de guerra o personas que no habían podido pagar sus deudas.


CULTURA Y RELIGIÓN DE LOS AZTECAS 

La guerra y la religión eran centrales en la cultura azteca.


Los aztecas eran un pueblo fundamentalmente guerrero y religioso. Eran politeístas y sus dioses estaban asociados a los elementos naturales, como el Sol, la lluvia o el viento. Su máxima deidad era Quetzalcóatl, que simbolizaba la sabiduría y estaba representado por una serpiente emplumada. Sin embargo, al ser los aztecas una sociedad guerrera, era Huitzilopochtli, dios de la guerra, el que más rituales y sacrificios recibía en su honor. Además, Huitzilopochtli también representaba al Sol, y los aztecas realizaban sacrificios humanos para asegurarse de que siguiera brillando cada día.

Otra deidad central para la religión azteca era Tlaloc, que por ser el dios de la lluvia era sumamente importante para una sociedad agrícola.

Los aztecas tenían un calendario para las ceremonias religiosas de 260 días expresado por la combinación de números (del 1 al 13) y figuras (conejo, lagarto, fuego, etc.). Muy pocos sabios podían interpretarlo. Además, tenían un calendario solar de 365 días, que combinaban con el religioso marcando ciclos de 52 días.

Al contar con un sistema de escritura, los aztecas registraban los hechos de su historia, sus creencias y algunos hechos cotidianos, como fallos del tribunal de justicia o la contabilidad de los tributos. Lamentablemente, los españoles quemaron casi todos estos documentos en una gran hoguera.

El imperio heredó tendencias culturales de culturas precedentes, como los teotihuacanos. De hecho, hicieron de la antigua ciudad de Teotihuacán, ya abandonada y en ruinas, un lugar de peregrinaje religioso en el que llevar a cabo ritos y ofrendas humanas: varones al dios Sol, mujeres a la diosa Luna.


Los aztecas no construyeron Teotihuacán, pero lo utilizaban para sus rituales.







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